Para la diseñadora María Paz Bravo de Eme de Marías, el proceso creativo en cuarentena fue pausado y silencioso, lo que la ayudó a blanquear las ideas y propiciar la creatividad. "A cambiar la incertidumbre por amor al oficio", insiste.
En esta línea, afirma que no tuvo muchos desafíos en cuanto a la materialidad, porque estaba provista de una buena cantidad de telas desde antes. Pero sí, cree que el límite de tiempo para desarrollar el proyecto, le sumó complejidad a la tarea. "Más que hacer la prenda en sí, el proceso creativo es el que presenta mayor desafío porque es la parte que no requiere tiempo límite. Y uno tiende a bloquearse bajo presión. Aunque en ese caso la presión fue bastante amigable", insiste.
En ese sentido, su mayor aprendizaje fue darse cuenta que siempre se puede crear, bajo cualquier circunstancia y así evocar y percibir sensaciones positivas.
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